La depuración de aguas residuales consiste en un tratamiento al que se somete el agua para eliminar y retirar impurezas y agentes contaminantes, antes de ser vertida al medio ambiente o reutilizar parte de esta agua para su reutilización.
El objetivo es obtener un agua apta para su reutilización en diversos ámbitos, que no están relacionados con el consumo humano, ya que por mucho que se mejore la calidad del agua no es, en ningún caso, potable. Gracias a los tratamientos realizados por las depuradoras se consigue una mejor gestión de este recurso primario, se protege el medio marino, se mejora la salud de las personas y se conserva la biodiversidad del entorno.
El agua residual se depura cuando se le realiza un tratamiento basado en una serie de procesos específicos, para eliminar agentes contaminantes físicos, químicos y biológicos y diferenciar claramente el agua limpia de los residuos sólidos. La depuración de aguas residuales tiene como objetivo eliminar los desperdicios, grasas y aceites flotantes, así como arenas y todos aquellos elementos gruesos que pueda contener el agua, eliminar los materiales decantables orgánicos e inorgánicos, eliminar la materia orgánica biodegradable disuelta en el agua y estabilizar y disponer de los fangos extraídos en estos procesos.
Procesos específicos
Primero se realiza un pretratamiento para eliminar los cuerpos más voluminosos a través del desbaste (separación de los elementos sólidos del agua residual) el desarenado (la eliminación de arenas, gravas o partículas más grandes, de materias minerales y de otros elementos no orgánicos) y el desengrasado (que sirve para eliminar aquellas partículas de baja intensidad, tales como aceites, espumas o grasas, que quedan suspendidas en la superficie.
Después se pasa al tratamiento primario, en el que se reducen los sólidos en suspensión, así como la demanda bioquímica de oxígeno, ya que una parte de los sólidos está constituida por materia orgánica. Este tratamiento se lleva a cabo por distintos procesos como es la sedimentación o decantación primaria (en el que las partículas más grandes se depositan en el fondo de los decantadores y el tratamiento físico-químico, para provocar la aglomeración de partículas coloidales).
Después se pasa a un tratamiento secundario, el cual reduce la materia orgánica en las aguas residuales y que está basado en procesos biológicos como son los fangos activos (en el cual el agua residual se estabiliza biológicamente en balsas de activación o tanques, que tienen cultivo bacteriano disperso en forma de flóculos, alimentado con el agua que hay que depurar por oxidación bológica). Posteriormente se separa el agua de los fangos.
Todos estos procesos no serían posibles sin las depuradoras compactas biológicas, que son las que se ocupan de llevar a cabo todo el tratamiento de una forma profesional y segura. En Aquatreat contamos con diversas soluciones para tratar de forma adecuada las aguas residuales, de todas aquellas pequeñas poblaciones sin acceso a una red de saneamiento.


